La mujer que subió un monte...y lo bajó con el culo
Este fin de semana he subido un monte rodeada de fuertes y vigorosos machos norteños y he quedado digna.
Ellos iban con sus botas de monte y yo con mis zapatillas de tela y los pantalones remangados. Sé perfectamente que pensaban que me iba a rendir pero es que ellos no tienen ni idea de cómo somos las de Ejea.
Ahora me duele todo y tengo las piernas llenicas de arañazos, eso sí, si ellos me preguntan no pienso confesarlo.
La verdad es que ha sido un fin de semana completo porque también he sacado un coche de un agujero de barro. Pero eso es otra historia que contaré a la vuelta de Milán.
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Red -
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